Rodeado desde la infancia por un mundo de imágenes, inmerso en la librería de mi padre, descubro la fotografía a los 15 años. Mi visión se abre al mundo a través de revistas y catálogos. « Zoom », una de las primeras revistas en presentar imágenes de un esteticismo de gran calidad, con una impresión remarcable y temas muy pertinentes, inspiró profundamente mi pasión por la fotografía.

Mi formación comienza con estudios en artes gráficas, seguido de cursos de tipografía y edición, comunicación gráfica y visual e historia del arte en l’Ecole du Louvre. Más tarde, trabajando en artes graficas durante una colaboración de quince años con el Ministerio de la Cultura y de la Comunicación de Francia, mi ojo se agudiza y se sensibiliza al color y al tratamiento del espacio.

Luego de todos esos años de experiencia en el mundo gráfico, mi pasión por la fotografía se concretiza y se orienta principalmente hacia el ser humano y sus múltiples diversidades culturales. Poco a poco, y en el transcurso de mis viajes, construyo una bitácora fotográfica que da fe de mi encuentro con las personas y el medio que los rodea.

Mi admiración por fotógrafos como Henri Cartier-Bresson, por su rigor de encuadre
y su concepto de « instante decisivo », Sebastião Salgado, por su enfoque digno y respetuoso del ser humano, Jean-Loup Sieff con sus desnudos en blanco y negro
y sus perspectivas de gran ángulo, Jean- François Jonvelle con sus puestas en escena intimistas de sus modelos que revelan a la mujer, a la amante…finalmente los reportajes de James Natchtwey cuyas imágenes de guerra se convierten en crudos testimonios. Cada uno de ellos me ha aportado el ejemplo de rigor, destreza y la estética que me acompaña hasta el día de hoy.

El proyecto plástico que desarrollo actualmente surgió de la curiosidad urbana, y dio origen a un proyecto que he denominado « Fotografismo ». En el transcurso de mis viajes y paseos, fotografío ciertos elementos arquitecturales y los modifico digitalmente, obteniendo así imágenes gráficas, geométricas y cinéticas. Composiciones complejas, casi abstractas, visión de múltiples facetas de un mundo urbano que se presta a diversas interpretaciones. Este proceso artístico es guiado por la elección de los colores, la repartición justa de las masas estructurales en el encuadre, con efectos dinámicos que se apoyan en la diagonal, creando así una armonía.

Imágenes oníricas donde las líneas de fuerza acumuladas y rítmicas pero desprovistas de puntos de referencia se convierten en un kaleidoscopio, como aquel que me regalo mi abuela y que me ayudó a evadirme, soñar y observar el mundo de una manera diferente. Este ejercicio es una visión muy personal de mis recuerdos de infancia que invitan a continuar este deambular visual siempre presente...